miércoles, 12 de noviembre de 2008

Mientras el sol se pone envuelto en oro bajo las nubes color añil , una magnífica luna plateada se asoma ya , madrugadora, tras las montañas.
Con los años el coleccionista de atardeceres aprende que cada estación del año , tiene sus propios colores escritos en el cielo de la tarde , más alla de fenómenos puntuales como la lluvía o el viento que añaden pinceladas nuevas cada día , las estaciones tienen sus colores definidos ...rojos en invierno y primavera , rosas y naranjas en verano violetas y añiles en otoño .Tono sobre tono , siempre iguales , siempre algo nuevo y hermoso.
La arena del desierto en supención llena la tarde de tonos difuminados en el horizonte, las nubes de tormenta al abrirse dejan ver un sol sangriento y brillante durante unos segundos antes de ocultarse tras la linea del horizonte , los días despejados tras la lluvia mueren dejando un horizonte de brillantes azules pastel y verde-dorado.
Hay ocasiones en las que ni siquiera una foto puede hacerse eco del instante , de la luz que ilumina todo durante un segundo cambiando la atmosfera e iluminando nuestras vidas durante un pequeño segundo.

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